martes, 8 de diciembre de 2009

Tristeza, resurrección y paranoía

La odisea mas excentrica en la etapa humana es aquella busqueda de la soledad, del desamparo, de recubrirse en su propia sombra y de enterrarse en su propio cemento, se hace tan dificil comprenderla cuando en sus lamentos o delirios este rompe sus principios por querer acercarse a una meta opuesta. Y la culpa es pateada hacia el costado mas cercano, hundiendolo a un tercero en una mierda destructiva, que empieza por los sentidos y termina en secuelas que nadie se imagino por su bien nunca tener, nunca adquirir. Aclaman a los superiores en busca de la nueva experiencia, de la dudosa por nostalgias e inconfundible por actual sinfonia de algun bienestar.

Son redondos los que atrapan, esfericos mejor dicho, los que abusan de encantos en la calle mas desertica, en la ruina mas oscura de la vivencia transcurrida o en cualquier momento que se cruzen los que en tus sueños has vivido, con los que ya han caminado contiguos a tu ficticia persona. Es tan bello este delirio que recrea tus deseos no logrados para empujarte a aquel fondo a buscar lo que anhelabas, para caer profundamente a lo que nunca has deseado llegar, y vuelve la paranoia, el gran ego y las locuras, vuelve el daño a tu cuerpo, pues te das cuenta lo animales que hemos sido y que seremos (con todo respeto hacia los animales)

Es dificl comprenderlo, es tan hermoso vivirlo, es tragico cuando muere y morbosamente dicho la ciclotimia es la que genera tantas alegrias, tanta inspiración para el artista, dinero para el materialista, psicodelia para el aniquilado de los rincones. En fin es una ciencia, una matematica absurdamente compuesta de adornos convencionales por lo que el gran loro impone, para hundirnos en los tiempos y perder lo ganado, para darle vida a la desconfianza y asi generar discordia, y asi crear mas programas y sacar mas billetes, y sacar mas billetes y sacar mas billet….

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