Ese día tan mágico y hermoso, donde nuestra falsedad experimenta nuevos saludos y frases, donde saludamos a esa gente que no queremos y preguntamos por las vidas que no nos interesan de las lacras familiares, donde todo se repleta de una mierda constante a la que le llaman espíritu, ese día creado para que las clases sociales diferencien sus regalos y así aumenten la envidia de los bajos y la risa de los altos, navidad es un anagrama de vanidad, que por códigos de imposición se nos adentra en el circulo mas cercano, donde lucimos el estilismo y comemos como medievales, pero es también el mágico día en que nació un nadie que en diversas culturas puede pegarte, matarte o castigarte, inclusive perdonarte por si has violado algún niño, absolviéndote de todo fraude para que vivas inconciente de tu vandalismo.
Es la gran mentira que tanto alegra a nuestros niños, para que un día puedan sentirse por fin defraudados, mas la suma de sus extras, los colores mas las luces, los pinos plásticos como el día y un solidario de un libro de ficción, estilizado por una compañía como un gordo milagroso para que suba la demanda del producto, de los gorros y los trajes, del suicido y de la imagen, entonces somos así de incultos que vivimos una vida deseando la ya irritante “feliz navidad” siendo cínicos entonces y mentirosos con los chicos, les enseñamos con tanto espíritu que de grandes hay que mentir, inventar tantas historias a toda una población de que las cosas desaparecen mágicamente, de que los árboles mueren por que quieren y de que el río se contamina solo por una vibra mágica que pasa todos los años a bendecirnos con su luz.
Memoria, eternidad. Manifiesto
Hace 11 años