Solamente se dejó llevar por un instante de satisfacción, algo que había elegido para el, sin importar algún problema o cualquier cosa. Si la madre perra no lo parió a el y quiso admitir lo contrario eso estuvo bien, si su esquizofrénico padre decidió inyectarse un coctel de píldoras también estuvo bien. Pero el fue el error, el que se equivoco, solamente por ser un raro mas, alguien que admite la normalidad de cualquier acto genuino de seres al azar.
Nadie del ámbito entendió que el solo fue libre y que dejó que cada uno de ellos lo sea, pero así obligado por la vanidad que en el implantaron de manera subliminal, este se transformo en un prestigioso y adinerado hombre de la ley. Con su portafolio caminaba todos los días a su trabajo, su traje limpio y su peinado hacia un costado, pero su sonrisa no se deslizo a ninguno de los costados crecientes, sino que quedo así como un alma en el purgatorio, perdida en el tiempo.
Memoria, eternidad. Manifiesto
Hace 11 años
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