Dice que estaba un Santiagueño y un Bandeño en froilan, de
la nada un místico agarra y les da una pepa. Los changos ni sabían que era pero
lo mismo se la mandan, el tiempo pasa casi como 40 minutos y el Bandeño abre su
boca.
Bandeño: E chango
¿Qué nos ha dao ese viejo?
Santiagueño: Anda
sabe, seguro ha cortao un pedazo de cartón de un paquete de cigarros. Viejo
hijo de culiadora.
Bandeño: Ja
Bandeño: jaja
Bandeño: Jajaja
Bandeño:
jajajajaja
Bandeño:
jajajajajajajaja
Santiagueño:
JAjajajaqjweiajajajajaj24jajwjajasdjsadj
Santiagueño y Bandeño:
JAJAJIJAJjajaje234jewq2#$”!$jajajaj2
42q5$#%&%$038534fshiyasdjajajajjajajajajajajjajaajjajajajaja
Tanto el Bandeño como el Santiagueño se han empezao a
derretir en sus lugares. Si, en el patio de froilan abundan las familias pero a
pesar de eso como andan todos machaos estos dos esquizofrénicos pasaban
desapercibidos.
El Bandeño habla:
Escucha del
Santiagueño: ¿Vos crees que todo así como lo vemos,
realmente esiste? ¿Esiste? ¿Esiste?
¿Siste? ¿Siste?
El Bandeño y
el Santiagueño empiezan a viajar en preguntas profundas pero sin sentido y con
mucho delay, a medida que se preguntan cosas sus risas aumentan estallando en
sonidos semi animales similares a los chanchos, el Santiagueño estornuda y en
cuanto cierra los ojos experimenta un placer de estornudo potenciado trece mil
veces. Mantiene sus ojos cerrados por varios minutos y exclama:
Santiagueño: ¡Maa
chango! No sabes la cantidad de formas y
colores que estoy viendo.
Bandeño: ¿Qué?
Santiagueño: Cerrá los ojos chico.
El Bandeño
cierra los ojos y ve formitas colorinches, se vuelven locos gritando. Sus oídos
se empiezan a sensibilizar demasiado debido a que en el escenario está cantando
un pibe que hace quedar al Pulpo Heredia como Pavaroti. Empiezan a experimentar
un mal viaje, pues sus oídos revientan. La gente ahora si los ha tomado de
punto y les tienen miedo. Lo descubren cuando abren sus ojos…
Bandeño: ¡Vamo
al pingo!
Santiagueño: Ehh si…
En eso que
los changos se iban había uno que parece que había peleao, mientras lo llevaban
unos ahí que se hacían los seguridad.
Este exclamaba:
Machalo que había peleao: Yo sé que me tengo que ir. Ya sé pero
por favor, déjenme comprar un vino para el camino.
Los seguridad
no lo dejaban y el Santiagueño ha ido a comprar un vino. Ha salio del patio, valida
sea esta redundancia. Y le ha regalao el vino. El machalo les ha dao un porro que
tampoco nunca habían probao. Se fueron para el lao de un algarrobo y lo han prendio.
Empezaron a
toser, como pavos. Cada uno tosía cuando el otro fumaba, el Bandeño ha tocao el
árbol y le ha dao una electricidad hermosa, lo ha abrazao y ha terminao
trepándose. El Santiagueño lo ha imitao
en lo mismo. Han Viajao hasta que la luna había terminao de salir, dicho sea de
paso estaba llena. La experiencia nueva de sentir estas energías habían dotao de
cierto poder a estos dos imbéciles. Su percepción había cambiado.
Santiagueño: Cierto que fumo cigarro yo.
Bandeño: ¿Qué?
Santiagueño: Nada me he acordao que fumo cigarro,
pero ya no. Jajaja me ha dejao de gustar. Jjaaja
Bandeño: jajajajajajajajajajaajjaja
Santiagueño: jajajajaajajajajajajajaajajajaj
En cuanto a todo permítanme comentarles que el Santiagueño es primo mio y el Bandeño soy yo. Ya han pasao dos horas así que mejor vuelvo a mi cuerpo que esto de ser una conciencia flotando ya se me ha hecho aburrido.
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