lunes, 1 de agosto de 2011

Crónica

Un cover de Rosetta Stoned

Así empezó;


Si era una mañana aunque yo creía y quería que no lo fuera, pero no entendía el sabor de su dulce misterio, no lo entendía por que ni si quiera era una esencia de la verdadera mierda, de la que realmente es una escopeta accionándose en tu cien desprendiendo de tu costado mas inmundo las heces de futuras nostalgias, pero al fin y al cabo es lo que de a poco me había hecho el místico enema así que no tenia que ser tan hostil, pero si admitir las basuras y mi propia estupidez e ignorancia, abriendo solo dos ojos ya que el tercero se había tapado de lagañas, tocándome el choto a dos manos, delirando sobre ser poeta en una mañana de psiconautas:

Caminando y escuchando la exponencia,

Mareos emocionales que se atrevían a cruzarse entre si,

Más mareos que se tropezaban delante de mí a propósito y me gritaban;

Mareos: Puto, puto.

Yo: Basta, basta.

Y me gritaban y a la vez me admiraban, yo los escupía cuando pasaban, ellos no sabían que yo era lo demasiado tonto como para vencerlos, era mayor en fuerzas, mi cerebro no iba mas allá de nada y eso me hacia mas fuerte, un bobo súper poderoso, violento, sanguinario, paranoico de su propia fe auto creada. Adicto al Lord Cheseline y a su mismísima esencia interna, el podía poseerme, pues mi pelo se había entregado a esa magnifica gel y yo no sabia si eran las sustancias las que me hacían venerar los gramos o litros (por que no se como se mide el gel) de ese elixir azul, me lo pasaba por mi cuerpo entero, fusionándome con el, entendiéndonos como un ser principal, alabado seas Lord Cheseline que me alejas de todas las fantasías mediáticas, que me anulas al mundo sin dejarme integrar, que me escuchas mientras me atesoro de pensamientos en el baño, que me ayudas siempre a salir de lo malo.

Y el viaje volvió a comenzar.

Parado con mi 128 en un desierto de las Termas de Río Hondo delire las constantes, diversas y entrecruzadas emociones que me daba el gel, ya sobre dosificado de su mágico esplendor se me presentó el tan mencionado Lord Cheseline, su peinado era perfecto, simétrico y cósmico, el descendía de los cielos tratando de peinarnos a todos, pero a mi de tanta espiritualidad ya se me había volado hasta el encéfalo, y mi pelo estaba tan sucio que ya se había quedado petrificado, solo que para todos los costados pertenecientes de un rombo, entonces no entendía nuevamente.

¡HOSTIA PUTA MIERDA SAGRADA!

Aclame recordando, no entendía nada de lo que me rodeaba, pues su peinado mágico y formalidad son especies de mierda que a mi nunca me habían pasado, entonces yo observaba como el peinaba a cada aldeano que pasaba, los transformaba en uno de ellos y justo cuando un cono enorme descendía del cielo descubrí que quizás el Lord Cheseline era un mal viaje, una cuestión mas que personal, quizás no debía ser mi adicción, por que intentaba constantemente peinarme y no podía, y yo me introducía gel por las venas, por los ojos, por mi condenada nariz. Y nada, el no podía peinarme.

El quería que yo sea algo más en este mundo, pero no pudo por que descubrí que yo ya estaba calvo y toda esa inmundicia de mi cabellera no era más que una peluca, un falso tesoro que había venerado por mi falsa creencia.

Y ahí entendí;

Que nunca pudo, que nunca podrán

Que nunca pudieron y jamás podremos.

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