Cuando la ignorancia atraviesa un lado transgresor.
Sinceramente y sin escrúpulos, destaco el progreso de la sociedad santiagueña, sin poder creer ya, hasta donde pueden llegar los baratos y nefastos sistemas de manipulación del gobierno y la increíble falta de luz dentro de los cerebros de estos descuartizados humanoides:
Husmeando entre dos cortinas encuentro un libro con imágenes, cada imagen me genera nauseas lo admito, cada una de ellas me inspira a un brote psicótico con armas de fuego, pero luego la psicosis me dice:
“Déjalos que se maten entre ellos, disfruta el show desde un palco”
“Observa como pierden el intelecto, rescata solo a los niños”
Pero me opongo un poco y no puedo quedarme sin maquinar el futuro:
Cuando ya había visto en el país lo que es la nueva moda de la militancia, no podía creer la estupidez mental de mucha gente, no podía creer como todos seguían a un líder, como todos respondían a ese grupo creado por poderosos que solamente se oponen, pero que tienen el mismo objetivo de ruptura anal que los demás, luego al ver el ya nombrado libro de imágenes, no pude comprender, no pude adentrarme en nuevas capas de oxigeno por momentos, y brotó un calor desde mis entrañas hasta mi encéfalo, recorriendo ese calor fusionado con vergüenza ajena, tristeza, rabia y hasta una especie hibrida entre gangrena y ulcera “los militantes de Gerardo Zamora” hasta que punto de falta de amor propio puede uno llegar a esto, me imagino en sus rituales de militancia seguramente veneran una imagen gigante de el, que costó infinidades de dinero del pueblo, y les cargan los bolsones para llevar a los que desconocen la oscuridad interior y así lograr el trueque con los votos, la clásica historia.
Veneran no solo a un dios falso, sino a un humano falso, que tiene un estereotipado ego de Dios, pero que cree que es mayor a El, a este mismo lo veneran como un Dios (validas sean mis condenadas redundancias) dándole un poder mental para que pueda convertirse en una especie de papa Noel que no pasa una vez, sino todas las noches cuando dormimos.
Mágicamente el entra por nuestras ventanas, y nos manosea degeneradamente los cerebros, lo bueno es que yo puse una luz amarilla en mi ventana que lo distrae y nunca llega hasta a mi, ese mugroso insecto, limitado por tanzas inalámbricas.
Conclusión de la nada redactada:
Escéptico a la estupidez o mejor dicho, no puedo comprender el mambo del estupido, no creo que si lo vivo pueda llegar a ser una experiencia, ni muy psicodélica, ni muy gratificadora, ni muy religiosa. En fin, no comprendo como al tener tanta habilidad, de pensamiento, de sentimiento, de que podamos ser una especia pura, haya gente que desperdicie el don mismo, no puedo entender que les importe mas el dinero que la vida de un niño, no puedo creer que solo ofrezcan riñones si hay un medio cercano captándolo, no puedo creer que se llenen las mentes con bolsones de drogas creadas para reducir la población, no puedo creer que el cliché del político corrupto este arrasando cerebros en la ciudad de Santiago del Estero, aclaro “todavía”
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Memoria, eternidad. Manifiesto
Hace 11 años