miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cierre de año I

Cachorro en perchero

Como para empezar comento que esta carta va dirigida con una gran suma de odio y tristeza que dieron como resultado el resentimiento mismo.

Cuéntenme señores, si.
Ustedes, dueños de locales donde se venden mascotas:

¿Desde que parámetro de normalidad encaran la situación de encerrar un ser biótico “como ustedes” en un diminuto dado de vidrio como exhibición para los simios?
Me cuesta creer hasta donde ha llegado el dinero en sus vidas, los ha transformado en viles esclavos de la tendencia a la esclavitud, se ha teñido de negro el interior de sus cuerpos, sus venas ya podridas escupen pus que los continua ensuciando.
No entiendo sinceramente.
Acaso:
¿No sufren cuando un nefasto se acerca a la vidriera y hasta le hace caras al pobre niño peludo dándole esperanzas de un nuevo lugar, de ese mundo que ve pero que no escucha?
“El promedio de personas que hacen esto es aproximadamente de diecisiete mil doscientos treinta”

Una cascada de sal me roza la nariz, veo grupos de personas vacías parados mirando mascotas en una vidriera, enloqueciéndose como un paparazzi de las revistas mas burdas, alterando el corazón de un pobre animal, son adictos a la mierda, se estimulan por carteles no importa cual sea el producto, ellos son basuras innecesarias en este mundo, ni si quiera se justifica el hecho de que existan para poder incinerarlos en fuegos violetas.
¡No señor!
¡Ni si quiera!
Si, de algo hay que vivir, es un mundo que no te permite estar sin dinero dicen, yo les recomendaría lo siguiente dueños del comercio de mascotas, creadores de la discriminación racial canina.

Por empezar hagan un aviso previo a modo de fiesta a todas las personas que juegan con sus cachorros por detrás del vidrio, y luego sigan los siguientes pasos:

1) Prostituyanse cada uno en una esquina sin luz, descubran el por que de su error, descubran cual es su parámetro de normalidad y analícenlo.
2) Con ayuda del optimismo y expertos se darán cuenta de que deben liberar todas esas mascotas, darles felicidad, sacarlos de esas mazmorras publicas.
3) Para que no vuelvan a errar en la vida reviéntense los sesos con una escopeta doble caño.
4) Y como paso final sus restos serán servidos a las personas a “dicha fiesta”

Sádicos, enfermos, reprimidos, imbeciles díganme;
¿Cuántas cualidades más desean tener?

Me apena, me entristece, revalsan mis ojos en lava, temblores internos me apagan, me bajan, me quitan toda esperanza de felicidad, al verlos así encerrados, siendo el encierro lo mas impuro y doloroso, estos se esmeran en que sufran lo máximo posible.

PD: A veces siento que algún día voy a quitarles la vida dueños de locales donde se venden mascotas. (Utópica psicosis)

Por que perdonar es divino y mi ego no alcanza el rango.